Desde su fundación, el Consorcio se ha marcado el ambicioso objetivo de crear un estándar de calidad, basado en valores éticos y en criterios de compartición y coherencia.

“Siento que debo pedir la contribución de todos para que el Consorcio pueda convertirse realmente en la representación evidente de una empresa ética. La ética está íntimamente ligada a un proyecto, a una sabia administración del tiempo y de los recursos”.

El comportamiento ético es tal cuando el hombre (o la Sociedad), actúa sin olvidar las enseñanzas de sus antecesores, mirando los efectos de sus acciones más allá del horizonte de su propia experiencia. Considerando al Consorcio como una familia que vive en un edificio, resulta fácil comprender que ningún individuo puede realmente ignorar los efectos de sus acciones en los demás.

Al final, la ética es una forma cualificada de vivir con coherencia, de saber decir no a las tentaciones egoístas del corto plazo, de tener el coraje de luchar, sin saber el resultado, para alcanzar los objetivos que nos proponemos”.